miércoles, 26 de septiembre de 2007

Un tilín mejores

Los niños son el futuro del mundo; y eso es más que una frese cliché tipo tarjeta Village, por muy cliché, por muy tarjeta Village que suene, los niños son el futuro del mundo; son ellos los que pueden terminar lo que comenzamos, es en ellos en donde podemos sembrar ideas nuevas, son ellos las mentes fértiles en donde podemos sembrar las semillas de la justicia, de la paz, de la tolerancia, del amor sin condiciones, del respeto, de la humildad, de la sabiduría.

El problema es, justamente, que lo que somos hoy es lo que serán nuestros niños en el futuro y si en estos momentos les mostramos un mundo lleno de violencia, de rabia, si nos torturamos, si nos frustramos por las cosas materiales que no tenemos y deseamos tener, si sólo vivimos para trabajar y ser esclavos de las ocho horas diarias y olvidamos vivir para gozar, para vivir, sólo para vivir y caminar descalzos por la arena mojada, por el pasto húmedo…si nos olvidamos de que en el mundo no estamos solos y no nos podemos aguantar las ganas de agarrar a puteadas a la gente, si no somos capaces de decir “buenos días” a quien se sube al mismo taxi, ascensor, bus o micro que nosotros, si no somos capaces de respetar al que está al lado y apagar el cigarro, si nos cuesta mucho parar el auto para que alguien cruce tranquilamente la calle, si no nos detenemos a mirar un minuto el cielo, si nos pasamos por la raja el dolor ajeno, si no nos importa enseñar que el hambre de un ser humano es la vergüenza de la humanidad, si hacemos la vista gorda a la humillación humana en cualquiera de sus formas, si no enseñamos que la injusticia social es anormal y que es el peor defecto que tiene nuestra zoociedad, si dejamos que la dignidad de las personas sea vejada por la pobreza, por la inoperancia de las autoridades, si dejamos sólo que las cosas pasen para ahorrarnos un dolor de cabeza, por que “no es nuestro problema” por que “que me importa a mi, yo tengo que trabajar igual”…entonces…estamos cagados, jodidos, jorobados, nadando en mierda con la boca abierta, chapoteando en caca sin darnos cuenta, cavando la tumba del mundo…entonces…nos estamos cagando al mundo…entonces…nos estamos cagando a nosotros mismos como país, como pueblo, como raza humana…

Quien piense que no puede hacer nada por lograr un mundo mejor está muy equivocado, quien crea que para lograr un mundo mejor hay que volverse vegano, rezar sobre un puñado de arvejas para lavar al mundo de los pecados ajenos con el dolor propio, hacer mandas idiotas como bañarse sin calefón (Lavín hace ese tipo de “sacrificios”…ejem…no es chiste), o volverse el próximo Dalai Lama, está equivocado.

Quien ande por la vida frustrándose y quejándose por que el mundo es una buena y jodida mierda y que no se puede hacer nada por mejorarlo, está equivocado, por que la solución es tan jodidamente fácil…hay que mirar para el lado, hay que ver a nuestros hijos, hermanos menores, sobrinos, primos, nietos, los hijos de nuestros vecinos, etc. Hay que mirarlos a ellos y comprender que en ellos podemos sembrar lo necesario para que nuestra cacareada Tierra sea un mundo un poco mejor. Aunque sea un poco mejor…”un poco” hace la gran diferencia, “un poco” es mucho más que “absolutamente nada”.

Por que lo que los niños del mundo serán en el futuro es la consecuencia de lo que nosotros les estamos mostrando hoy, y esa señoras y señores es una muy buena excusa (si no una buena razón) para que nos juguemos el pellejo, el alma y las respectivas gónadas en ser (como dice Silvio) “un tilín mejores y mucho menos egoístas”



-Sierva María de Todos los Ángeles, la niña endemoniada.
Desde algún lugar del norte del sur-

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